.Shiv

  Hace poco escribí por ahí que hay cuatro cuerdas que sustentan mi vida... realmente no la sustentan, más bien hacen de red.

  Pero de red protectora, no como las que se usan para masacrar peces o como la que usa la araña para cazar a sus victimas... más bien como la red de los trapecistas, la que usas los funambulistas para sentirses seguro y que les salve en caso de que algo vaya mal.

  Es eso, aunque algo vaya mal ellas están ahí... siempre, pase lo que pase, me encuentre como me encuentre ellas están ahi, rectas, tensas, afinadas, esperando que mis manos agarren a su huésped y comiencen a acariciarlas, es entoces cuando ellas hacen su trabajo y arrancan del amplificador las notas que acordamos que suenen.

  Y son estas notas las que entran en mi, no solo por mis oidos, también me llegan al alma, si es que eso existe, se abren paso por mi pecho y me llegan dentro haciendo que mi yo se estremezca al sentirlas, que algo dentro de mi estalle y surja un pequeño caos... me dan energía, ánimo, ganas de seguir hacia delante, cualquier problema se desvanece y se hace etéreo al impacto de éstas... pero también pueden hacer que aumente la melancolía, que tenga más presente los hechos pasados que tanto se añoran o que recuerdos escondidos y olvidados en lo más recóndito de mi mente despierten de su letargo, llegando incluso a hacerme sentir cosas inexplicables con estas sencillas y burdas letras.

  Todo depende del juego al que juguemos mis cuerdas y yo, del conjunto de notas que negocie con ellas que mas tarde mandaremos crear al amplificador...

  Realmente si hoy en dia sigo adelante es gracias a esas cuatro cuerdas que me protegen.